El discípulo de Jesús y el hombre del burro


Bismillahi Rahmani Rahim

Cuando Isa (Jesús -as-) fue llevado hacia el Paraíso, justo después de eso, algunos de sus seguidores intentaban enseñarle a la gente. Intentaban mostrarle a la gente lo que Jesús les había llevado a ellos, lo que él les había enseñado, y uno llegó a un pueblo y empezó a hablar sobre Jesús (as), y allí todos creían en esa religión. Ellos le dijeron: ‘Bueno, ¿por qué deberíamos creer de que sigues a Jesús (as)?’. Él dijo: ‘Yo lo hice’. Dijeron: ‘Tú lo hiciste, ¿pero cómo podemos creerte? Sabemos que Jesús resucitó a personas muertas. Si tú viviste con él, deberías ser lo suficientemente poderoso, aprendiendo ese secreto de él, para resucitar a la gente de la muerte. Entonces te creeremos’. Aquel empezó a pensar, diciendo: ‘Ya Rabbi, yo no soy Jesús, pero esta gente lo está pidiendo, me está cuestionando. Ellos tienen razón. Por lo tanto, Tú eres quien le ha dado el poder a Jesús (as) para hacer que los muertos vuelvan a la vida. Y por eso se lo Has dado, para que él les mostrara algunos milagros y ellos aprendieran. Ahora, esta gente está pidiendo lo mismo. Yo no soy Jesús, pero dependo de Ti. Si Tú quieres que esta gente encuentre el camino correcto, por favor haz algo. Me vuelvo a Ti’. Y les dijo: ‘Muy bien. ¿Ustedes creerán si ven a una persona muerta salir de su tumba? ¿Van a seguir lo que les digo? Les voy a enseñar lo que Jesús enseña, lo que he aprendido de él’. Ellos dijeron: ‘Por supuesto’. ‘En ese caso, todos vayamos al cementerio’. Entonces fueron al cementerio.

Mira la fe de ese hombre, eso es lo importante. Fe, su fe en Allah-swt-; su fe no es en Jesús (as). Su fe es en Allah. Nuestra fe es en Allah-swt-, no en el Profeta. Pero nuestra fe y todo lo demás es para nuestro Profeta que nos muestra cómo vivir y cómo creer, cómo adorar a nuestro Señor Allah-swt-. Entonces él llegaba al cementerio y decía: ‘Ya Rabbi, si quieres que esta gente crea y los consideras adecuados, entonces muéstrales algún milagro. Te pido resucitar algún muerto de la tumba’. Y porque él era creyente y confió en Allah, Allah resucitó a una persona de su tumba. Todos ellos miraron y creyeron. Dijeron: ‘Oohh, de ahora en más te seguiremos’.

Pero tomaremos esta parte de la historia para ustedes: cuando ese hombre se levantó de la tumba, gritaba mirando para todos lados, diciendo: ‘¡¿Dónde está mi burro?! ¡¿Dónde está mi burro?! ¡¿Dónde está mi burro?!’. Él buscaba su burro. El discípulo de Jesús lo miró y dijo: ‘Cuando le llegó el Ángel de la muerte, este hombre estaba ocupado con su burro. Él murió de esa manera y será levantado para el Día del Juicio buscando a su burro’. Busca a tu burro, dónde está tu burro, hacia dónde te está dirigiendo tu burro. Tu burro es tu ego. ¿Estás montando a tu burro o tu burro te está montando a ti? Si te está montando entonces no eres para nada mejor que ese hombre que se levantó de su tumba. Si estás montando a tu burro, asegúrate de aferrar la rienda en tu mano, y observa atentamente las dificultades del camino; tienes que observar, tienes que atravesar el Sirat. Entonces observa lo que estás haciendo.


-Hz Sheykh Abdul Kerim Effendi (qs)

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